En México desde hace generaciones se acostumbra compartir con la familia y los amigos más cercanos un momento muy importante los últimos días de octubre y los dos primeros de noviembre. La creación del altar de muertos. En los distintos lugares donde se extrañe a alguien ,como puede ser en el trabajo también se pone un altar a los muertos.
Comienza cuando una persona de la casa enciende las velas del altar susurrando los nombres de los difuntos, se reza pidiendo el favor de Dios para que lleguen con bien, los familiares se sientan a la mesa y comparten la comida preparada para el festín, escuchando música del agrado, se habla sobre las novedades de la familia, se recuerdan anécdotas del difunto y se pide por la intercesión del difunto a Dios.
Cuando no se puede hacer un altar, las familias suele "visitar" a los muertos en el cementerio. Limpiarles la tumba, llevarles los regalos que tendrían en el altar, platicarles las cosas que han pasado ese año, música, "presentarles" los nuevos hujos o amigos. tolo lo que puedan hacer por convivir con la memoria del difunto.
Para que el ritual en memoria de los difuntos se lleve a cabo es importante que la ofrenda contenga una serie de elementos y símbolos que invitan al espíritu y facilitan su viaje desde el mundo de los muertos.
Se acostumbra que el primero de noviembre se honre a los niños y el segundo a los adultos aunque muchas veces se usan ambos días para convivir.
Dependiendo de su tamaño se utiliza una repisa, consola, mesa o inclusive una habitación; utilizando como base cajas de madera, sillas, mesas, pacas, ladrillos, etc.
Los niveles representan los estratos de la existencia:
- Altares de dos niveles: representan el cielo, y la tierra.
- Altares de tres niveles: representan en orden descendente el cielo, el purgatorio y la tierra.
Altares de siete niveles: representan los siete niveles para llegar al cielo, al purgatorio y a la tierra o bien al infierno, según la tradición católica.
Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la parte más alta y destacada del altar. Después de todo es el invitado principal.
El arco o marco adornado que se ubica en la cúspide del altar simbolizando la entrada al mundo de los muertos.
En todo el altar se colocan simbolismos referentes a la cruz, la cual es elemento agregado por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catolicismo entre los naturales y en tradición tan arraigada como era la veneración de los muertos. Una cruz se coloca en la parte superior del altar a un lado de la imagen del difunto. Se coloca una cruz pequeña de sal en el altar que sirve como medio de purificación de los espíritus, y una cruz de ceniza que le ayudará al espíritu a salir del purgatorio.
El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y de las personas que lo utilizan, se coloca en un brasero y purifica el ambiente para los espíritus esperados. El incienso es un elemento colombino que al igual que el copal purifica y santifica el ambiente, quemándose en un incensario. Se pone en el último nivel del altar para guiar al difunto en su regreso a la tierra.
Adornados también con limonarias y flores de cempasúchil.
Las velas, veladoras y cirios sirven como luz guía a este mundo. Por tradición se colocan de color morado (símbolo de duelo) y blancas (símbolo de pureza). Cuatro cirios se colocan en alusión de los puntos cardinales. Las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar. Las velas y demás veladoras se colocan sobre candeleros morados repartidas en todo el altar siempre en un número par.
El agua es de suma importancia y tiene múltiples significados. Refleja la pureza de las almas, es reflejo del ciclo continuo de la regeneración de la vida y la muerte y promesa de fertilidad en la vida y en la siembra. Se coloca un vaso de agua fresca para que el espíritu refresque sus labios y mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos. A la vez se coloca un aguamanil o jícara con agua, junto a un jabón, una toalla y un espejo para el aseo personal de los muertos.
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil es uno de los elementos más importantes de los altares, además de ornato la tradición indica que su aroma sirve de guía a los espíritus en este mundo.
Las calaveras son alusiones a la muerte que siempre esta presente y las puedes ver de azúcar, barro, chocolate y yeso con adornos de fuertes colores. Las de azúcar gustan por su rico sabor y olor. Muchas veces las calaveras se regalan alos amigos como señal de afecto.
Se coloca comida al agrado de los fallecidos, se cocinan desde días antes los platillos tradicionales como: tamales, mole, arroz, calabaza en tacha, etc. para que los muertos puedan disfrutar de su esencia. La comida no es únicamente para el alma visitante, sino para los deudos, quienes festejaran con ella y algún visitante irreconocible, por lo general algún alma que no tiene quien la recuerde.
Algunos altares contienen bebidas alcohólicas que le gustaban al difunto.
Los objetos personales son artículos pertenecientes en vida a los difuntos y se colocan en el altar para que el espíritu pueda recordar momentos de su vida. En el caso de que el difunto sea el espíritu de un niño suelen colocarse juguetes en el altar.
También en muchos altares se incluyen cadenas elaboradas con papel crepé, de color morado y amarillo, un eslabón de cada color, alternados. El morado representa la muerte y el amarillo la vida, por lo que con este adorno queda representada la delgada línea existente entre la vida y la muerte.
El festejo es un reencuentro, aunque breve, feliz, con la promesa de alcanzarlos en el más allá, llegado el momento.
Al termino se apagan las veladoras y se despide al los espíritus, deseándoles buen viaje de regreso al más allá y pidiéndoles que retornen el próximo año.
Esta información la encuentras en Wikipedia. Aunque te recomendamos preguntarle a tu familia y maestros porque en cada comunidad se celebran de distintas maneras estos días.