Esperando que pasen muy felizmente sus vacaciones les comparto lo que celebramos justo dos días antes de salir de vacaciones en nuestra escuela.
¡Sus CIEN años!
Se dice fácil. Pero si pensamos que esta fue la primer escuela del pueblo y que en la época en que la hicieron había mucho más niños y niñas trabajando en el campo, las minas y las calles que estudiando en las escuelas y que poco después de la inauguración de la nuestra se inició la Revolución Mexicana.
Si además pensamos que tal vezlos abuelos o bisabielos fueron los que eran niños cuando la escuela fue creada. Entonces sí es posible imaginar lo viejita que es y lo difícil que ha sido llegar hasta este cumpleaños número cien.
Por eso celebramos dos días seguidos el cumpleaños de nuestra escuela. Y para no olvidar tan importante momento se hizo una placa conmemorativa que quedó en le jardín de la entrada principal. Y fue la maestra más antígua que pudimos encontrar la que reveló la placa en una ceremonia donde agradecimos a la gente de antes y a la que ahora nos acompaña el que nosotros niños y adultos podamos estudiar y trabajar en la escuela.
Desde los niños de primer grado con un baile de sapitos, disfrazados así a pesar del calor que la primavera nos trajo ese
día .
Hasta compañeros de sexto año que bailaron un baile moderno (no recuerdo el nombre) a pesar de que estando a punto de graduarse y de las muchas actividades extraescolares que les corresponden por ser los mayores.
Los maestros y maestras también participaron bailando. algunos en una polka (La de "Santa Rita") mientras las maestras revivieron sus tiempos de estudiantes y bailaron una ronda vestidas con los colores más alegres y la energía que el recuerdo les trajo.
El jueves en la tarde los maestros nos reunimos para preparar el carro alegórico que abriría el paso al desfile de bibicletas y maestros con que se cerraba el evento central de cumpleaños de la escuela.
Todos seguros de haber podido dar mucho más de nosotros. Pero contentos de ver que el trabajo realizado hasta el momento era bueno. Que ustedes los chicos dieron todo de sí y que podíamos irnos de vacaciones sabiendo que la escuela nos esperaba, para escribir un año más de su historia.
Afortunadamente ni el jueves ni el viernes el viento se animó a hacernos ninguna travesura y la manta que los maestros Mariano y Toño prepararon para el carro alegórico pudo ser corregida (hubo un peque error en un dibujo que nos hizo poder bromear un rato como cuando estábamos en la escuela Normal -- donde todos estudiamos para poder ser maestros-- y pasamos la tarde sin contratiempos).
Siempre orgullosos de pertenecer a una institución con cien años de trayectoria y muchas, pero muchas historias por contarse, conocimiento para compartir y retos por enfrentar.
Los maestros usamos todo el material que podemos para mostrar a los de la comunidad y quienes se acerquen nuestro deseo de mejorar siempre.
La mañana del viernes se inflaron en el salón de maestros más de trescientos globos de colores que llenaron el techo antes de que las maestras los prepararan con listones resistentes y los repartieran entre varios de los alumnos preparados ya para desfilar por algunas de las principales calles mostrando su orgullo de estar en la escuela "Miguel Ahumada" (y, aceptémoslo, la felicidad de que era el último día antes de vacaciones).
De eso se trató el carro alegórico y la manta que los maestros hicieron y las maestras perfeccionaron. De cómo los ideales del pasado suguen vigantes con las habilidades y materiales dle presente buscando que el futuro sea mejor.
La mañana del viernes se inflaron en el salón de maestros más de trescientos globos de colores que llenaron el techo antes de que las maestras los prepararan con listones resistentes y los repartieran entre varios de los alumnos preparados ya para desfilar por algunas de las principales calles mostrando su orgullo de estar en la escuela "Miguel Ahumada" (y, aceptémoslo, la felicidad de que era el último día antes de vacaciones).
Agradezco a mis alumnos, exalumnos y futuros alumnos haber participado en el desfile.
Y a los jóvenes de la Cruz Roja Mexicana y a los policías de tránsito habernos acompañado y cuidar que no corrieran peligro ninguno de los niños y niñas que nos acompañaron.